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¿Temarios oficiales desarrollados para las oposiciones docentes en Euskadi?

12 de mayo de 2025

El pasado viernes se alcanzó un acuerdo entre el Gobierno Vasco y la mayoría de la representación sindical de la Mesa Sectorial de Enseñanza no Universitaria. El pacto actualiza el Acuerdo Regulador de las Condiciones de Trabajo del Personal Funcionario Docente no Universitario en la Comunidad Autónoma del País Vasco y, según recoge el comunicado de la sección de enseñanza del sindicato UGT, contempla mejoras significativas para el profesorado vasco.

Una de las medidas novedosas en ese comunicado es la referente a la «elaboración de materiales y temarios para oposiciones en euskera». Esta afirmación ha despertado cierta expectación y también interrogantes sobre su verdadero alcance y viabilidad legal más allá de Euskadi. ¿Está el Gobierno Vasco en condiciones de elaborar temarios oficiales para los procesos selectivos de ingreso a los cuerpos docentes?

Conviene recordar que, en el marco jurídico actual, la competencia para establecer los temarios oficiales de las oposiciones docentes es estatal. Es decir, corresponde exclusivamente al Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes. Así lo establece la LOE y se concreta en las distintas órdenes ministeriales que regulan los temarios vigentes para los cuerpos docentes. A día de hoy, el temario aplicable a la mayoría de los cuerpos docentes sigue siendo el aprobado por la Orden de 9 de septiembre de 1993, por la que se aprueban los temarios que han de regir en los procedimientos de ingreso, adquisición de nuevas especialidades y movilidad para diversas especialidades de los Cuerpos de Maestros, Profesores de Enseñanza Secundaria y Profesores de Escuelas Oficiales de Idiomas, regulados por el Real Decreto 850/1993, de 4 de junio. Este temario se limita a una simple enumeración de títulos de temas, sin desarrollo oficial de los contenidos.

Por tanto, cualquier intento de elaborar un temario nuevo, alternativo o distinto del oficial, aunque sea en euskera, no sería en apariencia jurídicamente válido si no media habilitación expresa del Ministerio.

No obstante, eso no impide que las administraciones autonómicas puedan traducir fielmente los temarios oficiales ni que elaboren materiales de apoyo complementarios para su preparación. Lo que se plantea en el acuerdo vasco, si finalmente se publica en los términos comunicados por UGT, sería perfectamente viable en la medida en que se limite a la elaboración de traducciones al euskera de los temarios estatales o a la creación de materiales complementarios, como guías didácticas, modelos de prueba o propuestas metodológicas de estudio. Este tipo de medidas análogas ya se han promovido en otras comunidades autónomas con lengua cooficial, incluso con un nivel de detalle en la concreción de las rúbricas de los criterios de valoración aplicados al examen del tema escrito por los tribunales, como sucede en Galicia.

Lo que no es posible jurídicamente es que el Gobierno Vasco elabore y utilice temarios propios y distintos para los procesos de ingreso a los cuerpos docentes, salvo en una única excepción: el acceso al Cuerpo de Inspectores de Educación. En ese caso, en la parte B del examen, sí se contempla la posibilidad de incorporar temas de contenido autonómico, algo que de hecho aplican de forma habitual muchas administraciones educativas.

Más allá del análisis técnico, lo que esta situación vuelve a poner sobre la mesa es una reivindicación largamente postergada: la necesidad urgente de actualizar los temarios oficiales de las oposiciones docentes. El Ministerio ha reconocido en distintas ocasiones esta necesidad, e incluso anuncia que ha iniciado procesos de revisión, pero el paso del tiempo evidencia que nadie termina de asumir esa responsabilidad de forma definitiva.

La falta de un temario desarrollado, estructurado y coherente con el sistema de ingreso vigente genera desigualdades, arbitrariedades y una fuerte dependencia de los materiales no oficiales. A diferencia de otros ámbitos de la función pública, donde el temario oficial es claro, publicado y detallado, en la enseñanza se sigue trabajando con títulos vagos que dan lugar a interpretaciones diversas, según la fuente o preparador, además de no estar adaptados a la realidad educativa del siglo XXI. Si además se plantease en el futuro un sistema de acceso con criterios más objetivos y medibles, como podría ser la introducción de pruebas tipo test, carecer de un temario desarrollado supondría una incoherencia insalvable.

En definitiva, lo acordado en el País Vasco no puede suponer la creación de un temario nuevo —como podría inducir a error su redacción—, pero sí podría servir como un punto de partida para algo más ambicioso: reclamar desde todas las comunidades autónomas un proceso serio de actualización y desarrollo oficial de los temarios docentes. Un temario claro, accesible, en todas las lenguas cooficiales y acorde al perfil profesional que hoy se exige en el aula.

Porque garantizar un proceso de selección riguroso, objetivo y justo también empieza por dar a los aspirantes un marco común y transparente. Y de momento, en eso, seguimos esperando.

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