Cuando se acerca la fecha del examen de oposición, es normal que aparezcan los nervios. No son un signo de debilidad, ni algo que se pueda eliminar por completo. Están ahí porque te importa lo que está en juego. Lo importante no es evitarlos, sino aprender a convivir con ellos y, sobre todo, evitar que crezcan hasta convertirse en un bloqueo.
Hay muchas estrategias para gestionar la ansiedad previa al examen, pero hoy quiero centrarme en dos que a menudo se subestiman y que, sin embargo, pueden marcar una gran diferencia: el paseo y la sexualidad.
El poder de un paseo nocturno
Incorporar una rutina diaria de paseo en solitario, especialmente al final del día, es una herramienta sencilla, accesible y muy efectiva para calmar la mente y el cuerpo. Me refiero a un paseo de 15 o 20 minutos, sin auriculares, sin distracciones, solo tú, el silencio, la calle o el campo, y tus pensamientos.
Este tipo de paseo tiene un valor que va más allá del ejercicio físico. Es una oportunidad para desconectar, para observar lo que te rodea, para reconectar contigo mismo. Caminar sin rumbo fijo, sin otro objetivo que estar presente, reduce la sobrecarga mental, mejora el descanso nocturno y te permite aterrizar después de un día de estudio.
No necesitas grandes cosas. Solo un rato para ti, para observar y sentir.
La sexualidad como herramienta de regulación
La segunda técnica de la que quiero hablarte es, probablemente, la más infravalorada: la sexualidad. Sí, en plena recta final hacia un examen importante, tener relaciones sexuales (en pareja o en solitario) puede ayudarte más de lo que crees.
Desde el punto de vista biológico, el sexo no solo responde a un instinto de reproducción, sino que también tiene una función reguladora del sistema nervioso. Durante el acto sexual y, especialmente, tras el orgasmo, se liberan hormonas como la oxitocina y se reduce la corticosterona, la hormona del estrés. Todo esto favorece la relajación, mejora el estado de ánimo y, según diversos estudios, puede incluso aumentar la neurogénesis, es decir, la creación de nuevas neuronas.
En otras palabras, el sexo puede mejorar tu capacidad cognitiva y tu bienestar emocional. Y eso, en una oposición, importa.
No hay estudios concluyentes sobre la frecuencia “óptima” para obtener estos beneficios. Pero probablemente tú mismo o tú misma puedas identificar cómo te sientes después de un orgasmo: más relajado, menos tenso, más presente.
Un enfoque más humano de la preparación
Preparar una oposición no debería ser solo sinónimo de esfuerzo y sacrificio. También lo es de cuidado personal, de estrategias inteligentes, de saber cuándo parar. Estas dos técnicas —tan accesibles y humanas— pueden ayudarte más de lo que imaginas a llegar al día del examen con la mente clara, el cuerpo en calma y el ánimo preparado.
Y no olvides esto: no se trata solo de estudiar mucho, sino de estar bien para rendir bien.
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